martes, 27 de octubre de 2009

¡Oktoberfest para todos!



La petición para escribir este artículo es que tuviera alguna relación con el mes correspondiente. Inmediatamente me puse a pensar en los eventos importantes de Octubre, tratando de decidir sobre algún tema interesante. Primero pensé en halloween, pero me pareció demasiado común; después pensé en el 12 de Octubre, el día de la raza, pero no se me ocurrió algo bueno; incluso pensé en los partidos de la selección o en mi cumpleaños, pero llegué a la conclusión que podría escribir algo que pudiera ser de interés general. Entonces me surgió una palabra que cumplía con el requisito previo: Oktoberfest.
Oktoberfest es una celebración que data 200 años, y que hoy en día se asocia casi exclusivamente con una palabra: cerveza. Si se te antojó estar ahí, o ya te visualizaste tomándote una cerveza en un tarro gigante, cuidado, este artículo puede ser para ti.
La verdad no voy a hablar sobre el Oktoberfest, en realidad el tema de este mes es el uso y abuso de alcohol. Aprovecho para hacer una advertencia: más de uno se va a sentir aludido, y quizá hasta ofendido. No se aceptan reclamos. Por supuesto que no voy a enumerar los daños o riesgos del abuso del alcohol, todos los aprendimos en alguna clase de la secundaria (o por experiencia propia). Mi intención más bien es presentarles una guía fácil y rápida para identificar niveles de riesgo en el consumo, y ya ustedes sabrán qué hacer con lo que encuentren.
El primer nivel no es particularmente preocupante, y es cuando unos tragos son parte de la noche, sin excesos y únicamente en situaciones sociales. En este caso, el alcohol es sólo un elemento más de una salida divertida. ¿Cómo saber si estoy este nivel? Si aún me la paso bien aunque no haya alcohol.
El siguiente nivel, que ya es de consideración, es cuando el alcohol es el factor principal para que la noche sea divertida. Para saber si estas en este nivel, depende de lo fácil que puedas contestar la siguiente pregunta: ¿Recientemente has tenido convivencias sociales SIN alcohol y te la pasaste bien? ¿O acaso si no hay alcohol piensas que la salida no vale la pena? ¿El antojo de tomar se vuelve difícil de tolerar?
Otra característica de cuidado es cuando el consumo de alcohol se convierte en una cualidad personal; presumes que tomas mucho y ves raro al que prefiere no tomar.
Para explicar el siguiente y último nivel, voy a hacer una aclaración: No es lo mismo tomar para sentirse mejor, que tomar para dejar de sentirse mal. Si tú o alguien que conoces utiliza el alcohol para aliviar el malestar, cualquiera que sea, entonces ya es una situación bastante delicada. Cuando una persona toma para no sentirse aburrido (ojo con esto), triste, ansioso etc., y constantemente piensa sobre la siguiente vez que va a tomar, entonces ya estamos sospechando de una dependencia.
Para finalizar, voy a decir algo que contradice lo que miles de personas creen y lo que se ha manejado por décadas, incluso por profesionales de la salud. Muchos hemos escuchado que el alcoholismo es una enfermedad que no se cura, solo se controla. Dicha creencia es la que me atrevo a corregir. Así es, este humilde profesor de psicología está afirmando que una persona que en su momento fue alcohólico puede tener absoluto control sobre su manera de beber. Claro que no lo digo solo yo. Recientes investigaciones y el consecuente desarrollo de modelos de tratamiento, dirigidos por los Dres. Aaron Beck y Corey Newman en el Instituto Beck de Filadelfia, han dado resultados sorprendentes y esperanzadores para miles de personas que padecen esta enfermedad. Investigaciones para respaldar su validez en nuestro país y la aplicación del tratamiento psicoterapéutico ya se han puesto en marcha por un servidor y los otros psicólogos en el Centro de Psicoterapia Cognitiva con resultados iniciales muy favorables. Cualquier duda, comentario o información pueden contactarme a mi mail: psicisk03@yahoo.com.mx. Nos vemos el próximo mes.





Sikandar Ortega

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